jueves, 10 de mayo de 2012

Deben los jóvenes conocer la obra de Virgilio Gómez: CARLOMAGNO
Fortino Torrentera / Adiario
23 de febrero de 2006.- Para el artista Calomagno Pedro Martínez, la pérdida de Virgilio Gómez Ramírez tiene una gran relevancia, no sólo por su aportación en las artes plásticas locales, sino porque hará falta su aguda critica al quehacer artístico de Oaxaca.
Asimismo, se pronunció para que se emprendan acciones a fin de que las nuevas generaciones conozcan la obra y trayectoria del artista oaxqueño recientemente fallecido a fin de revalorar sus creaciones.
El también fundador y Director del Museo estatal de Arte Popular señaló: “Considero que es una pérdida irreparable, un hombre tan valioso como lo fue Virgilio, no sólo por ser su amigo, sino por ser un hombre con una visión imparcial.
“En la cuestión de las artes plásticas, recuerdo que en aquellos años, por los ochenta, empezaba el movimiento de las galerías, dando una aportación importante al arte con sus innovaciones, aunque incomprendido. La gente no le entendía como en una ocasión en que se presentó una instalación en los bajos del Teatro Macedonio Alcalá, en la que irrumpió con su propuesta”.
El reconocido ceramista y artista plástico nacido en San Bartolo Coyotepec, recuerda a Gómez Ramírez y sus participaciones que fueron llamadas “Las conferencias del mitote”, donde puso en evidencia a varios artistas que hoy gozan de prestigio, fama y fortuna.
Trajo al recuerdo alguna de las conferencias donde Virgilio Gómez se contrapuso a algunos halagos que entonces hacían Raquel Tibol y Teresa del Conde con el gran pintor oaxaqueño de quien dijo también había cometido pecados técnicos.
Virgilio, apuntó Pedro Martínez, tuvo muy claro y conoció de cerca cómo se empezó a gestar el movimiento plástico en Oaxaca y cómo se legitimaron algunos, pero también como se marginaron otras expresiones fuera de lo convencional.
“Realmente fue un personaje muy especial en el arte de Oaxaca y en lo personal me ayudó mucho siempre me apoyaba con su crítica directa de mi trabajo, me estimuló a seguir trabajando en la cerámica y en el grabado, lo que me ayudó a entender el trabajo que tenía que desarrollar”.
Recordó que lo conoció a mediados de la década de los ochenta gracias al maestro Enrique Audiffred, iniciando una gran amistad, que en una de las últimas visitas que hizo a Oaxaca, estuvo en el museo que hoy dirige Carlomagno.
En términos reales, puntualizó Carlomagno, “representa una pérdida irreparable para el movimiento artístico de Oaxaca y sería conveniente hacer algo para que las nuevas generaciones conozcan su talento y revaloren el trabajo que desarrolló a lo largo de su trayectoria.”
Asimismo, fue un impulsor de maestros artesanos que incluso expusieron en el extranjero, precisamente en colaboración de los hermanos Miguel y Enrique Audiffred, poniendo muy alto el nombre de Oaxaca en el mundo de las artes.

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